domingo, 5 de junio de 2016

La mirada de lo simple.

Un hombre llamado Ove (Suecia, 2015)

Federico Serra, junio, 2016, para www.axioma21.com.ar - Desde siempre el cine hizo films tiernos y llenos de vitalismo. Vittorio De Sica, desde el neorrealismo italiano, le ha dado a la gran pantalla, los mejores films, donde todos somos buenos y el mundo es un edén. Viendo sus películas uno cree y desea que el mundo fuese solo de esta manera.
Este cine emociona mucho más que los intercambios de balas y las persecuciones en autos y motos.




Este cine siempre se hizo para emocionar. Para devolver el aspecto maravilloso de la vida y no para subrayar lo negativo.
Pero lo positivo y lo negativo son dos caras de la misma moneda. No existe el uno sin el otro. Solo están separados, tan solo, a efectos para que los podamos
comprender.

Este es el caso de Ove (Lassgård), un singular viejito viudo y gruñón que vive en un vecindario modesto de casas bajas con pequeños jardines.

Nuestro héroe es un exagerado obsesivo del orden del barrio, que ha tomado como causa de vida. Lindando casi como un policía, reprime a los autos que circulan por el mismo.





Observa cada deterioro de las instalaciones comunes e insulta y rezonga con perros, gatos y vecinas que no observan estrictamente el estatuto interno de la
vecindad.  

Este rol que se auto-atribuye Ove, no le trae muchas simpatías con sus propios vecinos que  tratan de esquivarlo cada vez que lo ven cerca.

Como si se tratara del típico vecino ogro que hay que soportar porque es un anciano y posee cierta impunidad que le dan sus canas.




Ove es un sesentón de poco hablar, mezquino con sus cosas, por tanto alguien que de joven no se caracterizó por su romanticismo exactamente. Menos por sus dotes de seductor con las mujeres.
Sin embargo, este personaje conoce a su único y verdadero amor en Sonja y la convierte en su esposa literalmente hasta que las muerte los separe. Y así fue. Una vez fallecida Sonja, este quiere ir a acompañarla intentando el suicidio, en desopilantes situaciones que lo acercan al cine francés de Jaques Tati.



Rápidamente Ove se dará cuenta que terminar con su vida no tan simple como un trámite en la ventanilla de un banco. También le muestra al espectador que el despido obligatorio, situación dramática de vida a esa edad, no es motivo suficiente y hay otros elementos que le van a pesar aún más.

Esos motivos de mayor densidad, son contados en una historia simple en secuencias donde se alternan pasajes de su infancia, adolescencia y juventud, a modo de racontos, con el anciano actual.





En un tono de sátira tierno y por momentos ácido no se le escapa ridiculizar a funcionarios incompetentes con cuentas pocos claras, a los que ridiculiza cuando estos hacen sofismas legales por encima de las personas.



El film lanza agudos dardos a la burocracia estatal sueca y su estado de bienestar. A esa burocracia le opone la moral y el ejemplo de su propia vida y la de su padre. No es capaz de aceptar ningún dinero que no provenga de su trabajo.  Modelo de hombre de rectitud cuyo primer mandato siempre fue su propio esfuerzo y trabajo.

Excelente contribuyente fiscal. Jamás falto a su empleo y por supuesto, pagó su créditos además de poseer una salud de hierro que hizo, que casi nadie lo conociera enfermo.  Todas características de un hombre de otra época, que se alegra frente a la tumba de su esposa que ella no tenga que ver en lo que se ha convertido la sociedad.

Ove es un personaje conservador de las cosas buenas que se deben conservar. Un hombre de derecha íntegro, que desconoce la corrupción y que está lejos de aceptar el mundo en el que vive.

Tampoco se lo muestra como un hombre culto, y abierto a las teorías de la diversidad a la moda, pero que sin embargo su conservadurismo no le impide alojar alojar a unos jóvenes que tienen problemas familiares por su homosexualidad.




La vida le ha quitado temprananamente a su madre,  y a su padre e hijo en accidentes de la modernidad. Por ello ha perdido todo halo para seguir existiendo. Y de allí que quiere reunirse con su esposa en el más allá.


El momento de la irrupción del relato de la novela de Fredrik Backman es cuando le toca tener como vecinos a una matrimonio inmigrantes persas a quienes luego de rezongarles, les colabora y se enternece como un abuelo con sus pequeños hijos que trata como sus nietos.




Este hecho inesperado hace que recupere la confianza en el vivir, un nuevo propósito de vida. Un nuevo motivo para seguir viviendo.

Todas estas conductas hacen de Ove un personaje de barrio que es como un mosaico de una sociedad y que le necesita.



Finalmente Ove es alguien que con su poca simpatía es siempre necesario, y llegan a quererle porque sin su estricta disciplina ni el barrio ni la sociedad serían una convivencia civilizada.




No falta en la construcción de este personaje la amistad de Rune, a quien ha dejado de hablar por haberse comprado un auto BMW y no un SAAB...




Tampoco falta un gato callejero que es otro personaje, en sí mismo a quien detesta pero que protege al mismo tiempo...

Un cine de la simpleza, hecho con perros, gatos, regalos, niños, payasos, personajes de caricatura, pero que de tan simples resultan trascendentales.




 
Título original    En man som heter Ove
Año    2015
País  Suecia
Director    Hannes Holm
Guión    Hannes Holm (Novela: Fredrik Backman)





Fotografía    Göran Hallberg
Reparto
    Zozan Akgün, Tobias Almborg, Viktor Baagøe, Filip Berg, Anna-Lena Bergelin, Lasse Carlsson, Karin de Frumerie, Simon Edenroth, Ida Engvoll






Productora    Film i Väst / Nordisk Film / Nordsvensk Filmunderhallning / Sveriges Television (SVT) / Tre Vänner Produktion AB
Género    Drama















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