sábado, 16 de abril de 2016

En busca del tiempo perdido dentro de un baño.


Federico Serra. Abril 14,2016 para www.axioma21.com.ar. Sin vestuario. Sin maquillaje. Sin iluminación. Sin decorados. Sin mas personajes que rodeen el drama transcurre Madrid 1987 una película de David Trueba del 2011, con el Pepe Sacristán, "Miguel" (José Sacristán, 60) , un prestigioso escritor y columnista de un importante periódico madrileño y "Ángela" (María Valverde, 25).

Un excelente diálogo generacional. Se desarrolla bajo la circunstancia de quedarse encerrados accidentalmente en un baño. La larga espera provocará profundas discusiones acerca de la vocación por ser escritor y periodista. Escrita y dirigida por David Trueba (2011) 2012: Festival de Sundance: Sección oficial competitiva largometrajes internacionales


Ha recibido críticas de ser teatro filmado, dado que casi todo el film puede decirse que es un monólogo casi permanente de Sacristán. 

Sin embargo, visualmente se puede hablar de una estética del encierro. Un encierro forzado. Tan solo rodeado con los más mínimos elementos ("un baño mugroso" como el mismo Miguel lo dice) 

En esa estética del encierro desfilan frases de importantes escritores de la lengua española desde Pío Baroja hasta contemporáneos. Pero la cinta está lejos de ser una colección de citas.

Se encuadra en un contexto de dos generaciones. Una, la de Miguel que ha sido parte del franquismo y de la llegada a la democracia. La otra, la de una joven que ya ha nacido bajo la misma y le es casi imposible comprender lo pasado que solo lo percibe por el mundo de sus padres, y hermanos, a los cuales tampoco entiende. 

Más allá de la anécdota que rodea la morbosidad de un veterano que pide acostarse a la bella joven, se encuentra el drama del tiempo que pasa de manera inexorable. Por algo Marcel Proust es mencionado.  

El tiempo, entonces es el verdadero protagonista del film. Un tiempo que es marcado en la larga espera dentro del reducido recinto del baño.

Desfilan entonces anécdotas, y un duelo permanente entre los dos sobre quienes son y que los ha llevado a esa circunstancia que no parece tan casual.

Y el relato termina "bien" en todo los sentidos. La tensión dramática se diluye de manera natural. Nada extraordinario ni que vaya a salir en los periódicos al día siguiente, transcurre. Un momento más en la vida ha pasado y que no será recordado tal como da a entender la joven.

No falta alusión a la magia del cine dentro de las acciones que llevan a cabo en la diminuta bañera donde ambas pasan la vigilia.

Y pasan las dos horas. Hemos visto ya toda la película y también tenemos la sensación que solo ha pasado el tiempo. Y con el cual no se puede luchar, porque es invencible para la escala humana. He allí el único drama que existe.




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