lunes, 14 de diciembre de 2015

Las luchas del imaginario nacionalista

Federico Serra. Diciembre 14,2015 para www.axioma21.com.ar - Al cine siempre le ha gustado retratar héroes que superan su tiempo y pasan a la eternidad por sus hazañas en pro de lo que hoy, es el mundo. 

Los nacionalismos así como las izquierdas y las derechas también tienen sus héroes. Y en muchos casos se ajustan bastante a la verdad. Porque hay que reconocer que, si de luchas heroicas se trata, la historia quizás, no se hubiera movido sin ellas. 



Las disciplinas humanísticas nos indicaron que nada en las sociedades se ha movido sin mito. Los hombres espectaculares tampoco nacen por generación espontánea

Son la acumulación de innumerables hechos y acontecimientos que conforman como mira una sociedad a otra. Una raza a otra. Una colonia a una potencia.

Inglaterra es quizás, la potencia con mas experiencia en la historia sobre el sistema de colonias y protectorados. Sea como fuere, también el cine contribuye al mito desde sus inicios.

La historia de Michael Collins (1890-1922) en el film (1996) de  Neil Jordan aporta tanto en lo mítico como en la credibilidad de este líder revolucionario irlandés que peleó contra 
la ocupación inglesa en Irlanda. 

El encargado de personificarlo es nada menos que Liam Neeson que con su rostro de niño grande por momentos interpreta a un Michael Collins humano y fuera de toda leyenda.

Sus debilidades, sus miedos y errores y hasta sus amistades de jóvenes son retratados para no mostrar un héroe de mármol. Un elegido por la historia.

La narración, de algún modo se emparenta con el clásico "The Patriot" ya que comienza con una derrota de las fuerzas independentistas irlandesas cuando son derrotadas en un enfrentamiento frontal de ejército a ejército. Luego, es Michael Collins el que implanta la guerra de guerrillas. Una táctica militar que reclaman los vietnamitas como propia, pero que parece fué practicada por Europa mucho antes. 

La guerra de guerrillas logra sus éxitos, y no pocas críticas externas e internas, ya que la potencia colonial no está capacitada para pelear con fantasmas que pueden atacar en cualquier lugar y con cualquier disfraz. 

El ocupante entonces revela su vulnerabilidad ante lo que considera terrorismo, criminalidad común. Algo fuera del código de honor de la guerra.

De este modo (como terrorista) Michael Collins se suma en la historia a otros fundadores de otros Estados modernos. Es el  mismo caso de Ben Gurión, Mandela y otros.

Llega la receta del manual británico. La negociación, la visibilidad y el reconocimiento. Y así es, como Michael Collins logra el primer acuerdo con la corona británica. Esto le cuesta no pocas enemistades y divisiones al seno de sus fuerzas. 

Una vez en el poder Michael Collins deberá disparar contra sus propios compañeros, que se oponen al tratado.  Los mismos a los cuales entrenó dejando claro que el poder siempre dispara para conservar el poder por el poder mismo. Excelente film.


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