lunes, 23 de mayo de 2016

Cuando el humor critica muy duramente a la sociedad.


Celeste Serra, Mayo, 18, 2016. Para www.axioma21.com.ar.- Tres niños que juegan cerca de una plaza descubren a un Adolf Hitler, que acaba de despertarse en el 2014.
Al poco de caminar por las plazas, donde naturalmente la gente y el público multi-racial, lo toma como un comediante callejero, es transformado rápidamente en un personaje de alto rating para la TV, donde, resulta de un total éxito reemplazando a los shows más cotizados.

Hitler hace de sí mismo en una Alemania del 2014 que está perturbada por la llegada masiva de refugiados e inmigrantes que son percibidos como una amenaza a los usos y costumbres de la Alemania tradicional.

 

El equívoco planteado por la original novela de Timur Vermes viene a coincidir con múltiples aspectos de las visiones de la historia con la que el nazismo ascendió al poder. 

A saber, los odios desatados a los judíos (1933) con la xenofobia a los musulmanes (2014) la decadencia de la política alemana gobernada por "una señora rechoncha" (Angela Merkel)  y los socialdemócratas actuales con aquella crisis de 1930 de la República de Weimar y sobre todo el parangón de los motivos no tan descabellados por la hilarante situación planteada sobre qué sucedería si apareciera hoy en día al ver toda aquella politiquería y "partidocracia" que fue el caldo del cultivo del régimen nazi.



La comedia, mezcla de falso-documental y ficción es tan paroxística, tiene como mérito ser una aguda crítica social de humor negro, con un tema tan delicado como impensable hasta hace unos años atrás en Alemania. 

Transformado en un personaje mediático de TV Hitler tiene lo que siempre tuvo. Una audiencia a quien le habla (el pueblo alemán) audiencia que ríe con sus ocurrencias, tal, como sucediera en 1933, antes de la quema de Reichstag (Parlamento alemán). Pero sucede que él habla en serio. 




Y de ese modo desnuda el creciente racismo que se ha instalado nuevamente. Esta vez no congrega multitudes sino que explota en los likes y twits de internet logrando millones de visitas, nemes, y otros tags de la social media.
Con pasajes desopilantes como cuando, le muestran lo que es la TV y el uso de los nic's en facebook y otras redes, estas secuencias pueden compararse con aquellas logradas por Charles Chaplin en "Tiempos Modernos".

Pero no es nuevo reírse del otrora temible führer. Lo que es nuevo es que la sociedad alemana lo pueda hacer en el siglo XXI re-pensándose a sí misma, y su propia condición y sobre todo llevando la reflexión al porque tantos alemanes le apoyaron y quizás le apoyarían hoy día.


Significativa al respecto es la escena mediante la cual Hitler es descubierto por un mediocre periodista en busca de un trabajo, que decide pasar a la acción y quiere asesinarlo, sin tener éxito, Hitler le espeta en la cara "No puedes asesinarme, soy parte de ti y de todo el pueblo alemán que me eligió" 



Esos son los momentos que la comedia se torna en drama, porque tiene ribetes de coincidencia con la realidad. Mención aparte merece la crítica a la televisión que no duda para lograr rating poner al mismo Hitler con una rapidez irreflexiva como peligrosa que deja mucho para pensar sobre el papel de los medios,


A pesar y al respecto, de la enorme producción psico-sociológica de misma escuela de Frackfurt (Adorno, Horkeimer, Marcusse, Kracauer,Adorno etc. emergidos de la misma sociedad alemana de posguerra.
Según parece, el éxito de ventas de la novela y el estreno del film "Ha vuelto" ha traído remembranzas del pasado. 


No está de más recordar que la Alemania actual moderna es producto de la posguerra y el país se refunda en 1949, apenas cuatro años después de finalizada la segunda guerra.

El periódico BBC Mundo ha reseñado, quizás a manera de amenguar el posible impacto de reírse con Hitler, que ya, en los años 60 aquellos habitantes de Berlín que habían quedado azarosamente del lado del muro occidental se reían con el show del escritor satírico Günter Neumann, ("Yo fui el bigote de Hitler") y con una filosa mirada aclara que en esos años del siglo pasado reírse de Hitler era una manera de afirmar que se estaba del lado de los buenos, ya que estaban frescos los linchamientos traumáticos de los colaboracionistas al régimen nazi. 



Hoy en día diríamos, ya no del "lado de los buenos" sino de lo "políticamente correcto". Sin embargo, el film nos deja dudas de cual lado están "los buenos" y eso es lo que inquieta del film ¿dónde están los buenos hoy día? el espectador se pregunta ante la descripción cruda de algunos hechos preocupantes. 


Una película que también parodia al mismo cine de representación hitleriano, con una escena calcada apropósito, de "El hundimiento" o "la Caída”  (con Bruno Ganhz), aquella famosa escena donde los generales le comunican a su jefe que todos los regimientos y tropas están de última. 


Solo, que en lugar de Hitler está el productor televisivo arruinado una vez que le suspenden del canal y el rating desciende a cero...
"Ha vuelto" contiene pasajes de escalofrío inquietante cuando se avanza por una cornisa que recuerda a los campos de Auschwitz y Sobiborn. 


Una cornisa que lleva a preguntarse sobre las fronteras del humor y la sátira luego del shock del Holocausto que partió en dos la historia humana.
Y al modo de entredichos de las comedias clásicas: la directora del canal como el mismo führer que es su empleado y show-man, afirman al mismo tiempo y en la misma dirección, "Los judíos no son un tema divertido". El frio por la espalda viene porque el espectador sabe que se trata del verdadero Hitler en el 2014 y habla en serio.



Título original:Er ist wieder da (Look Who’s Back)
Director:David Wnendt
Guión: David Wnendt (Novela: Timur Vermes)
Música: Enis Rotthoff
Fotografía:Hanno Lentz
Reparto: Oliver Masucci, Fabian Busch, Christoph Maria Herbst, Katja Riemann, Franziska Wulf, Lars Rudolph, Michael Kessler

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