domingo, 13 de diciembre de 2015

Gloria, locura, genialidad en sesenta y cuatro cuadros de un tablero.

Federico Serra. Diciembre 13,2015 para www.axioma21.com.ar - ¿Como narrar un film de suspenso con un tablero de ajedrez? La excusa es la vida del nortemericano Bobby Fischer (Tobey Maguire) que en 1972, en plena guerra fría (una guerra de percepciones, dice un personaje. Una guerra sin armas ni misiles, por ahora) enfrenta por el título mundial de ajedrez al gran campeón ruso Boris Spassky.



Como es de suponer, tanto la guerra fría como un sin número de elementos culturales y políticos rodean el film. Desfilan, Los Beatles, Kissinger, Nixon, Kruschev, el tradicional himno de la internacional comunista, famoso por aquellos años. 

Todos iconos de una época, donde casi todo era blanco o negro. O azul o rojo. Épocas donde las cosas parecían estar claras. 

Edward Zwick, director de Sacrificio de peón (2014), podría haberse conformado en tomar esta histórica anécdota (la expectativa mundial por la partida Fischer-Spassky) como un despliegue de los imaginarios de aquellos años. Occidente-oriente, democracia-comunismo, individualismo-colectivismo, libertad-totalitarismo. Pero sin duda, quizás no hubiera podido agregar nada nuevo. 

Un pintoresco personaje típico sesentista lo explicita para que no queden dudas. "El chico prodigio de Brooklin, enfrentando solo a todo el imperio soviético". Nada mas apropiado para el sueño norteamericano. 

Lo valioso del film es que, a pesar, que todos esos elementos de la época están presentes, finalmente, el film es un film de ajedrez. Es decir, tanto el desarrollo principal (el torneo a 24 partidas entre los dos grandes maestros) como el desenlace (la obtención de campeonato mundial por Bobby Fischerdestronando al gran maestro ruso, el cual, siempre es presentado como una aplanadora ajedrecística) se convierten en la ultima media hora de la película en una trama de suspenso.

Suspenso, sin asesinos, sin claves, sin enigmas, sin personajes que no llegan a la hora señalada, y sin mundos que explotan o viajes inter-estelares.
Tan solo con un tablero de ajedrez y 32 trebejos. 

El suspenso llega en el momento en que la misma lógica es desafiada. El maestro ruso, dueño de todas los millones de posibilidades en una sola mente.
Fischer, con lo imprevisible. Una lógica de irrupción que altera el todo y la suma de las partes. 

El remate del film, son imágenes documentales del verdadero Bobby Fischer, que luego de perder el título mundial por no presentarse, desaparece de la escena pública, y en 1980 es localizado como vagabundo. Se filtran algunas de sus ideas políticas sobre Israel y a los judíos. En el 2008 fallece.

¿Otro enigma de la talla de un Da Vinci? o un producto de su época?, como gustarían opinar los marxólogos?, o un "relato" más?, al decir de los pos-modernos?, pero, al margen de los puntos de vista. Existieron. Fueron verdad. Spassky. Fischer. ¿Exponentes de las máximas inteligencias humanas antes de la era virtual?





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