viernes, 4 de diciembre de 2015










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Película japonesa dirigida por Takahashi Banmei (2009)
Eihei Dōgen, también Dōgen Zenji o Dōgen Kigen o Koso Joyo Daishi (literalmente gran maestro) (19/01/1200 -- 22/09/1253) fue un maestro budista japonés y el fundador de la escuela Sōtō Zen en este país. Nacido en Kioto en el seno de una familia noble, quedó huérfano de padre y madre a muy temprana edad, siendo adoptado por uno de sus tíos. A los 13 años, entró como novicio en el Monte Hiei, centro de la escuela Tendaishū. En la primavera de 1223 partió hacia China, regresando a Japón en 1227 tras haber sido reconocido por el maestro Rujing como maestro de la escuela Cáodòng.


Tras su regreso, desarrolló su actividad religiosa en templos cercanos a Kioto, reuniendo a su alrededor una comunidad de seguidores de la nueva escuela del Budismo Zen. En 1243, se trasladó con ellos a Echizen, en la actual prefectura de Fukui. En esta región, fundó el templo Eihei-ji, que se mantiene hasta la actualidad como uno de los dos templos principales de la escuela Sōtō Zen.
El Zen de Dōgen

En el corazón de la variedad de Zen que enseñó Dōgen hay una serie de conceptos clave, los cuales son recalcados de forma repetida en sus escritos. Todos estos conceptos, sin embargo, están íntimamente interrelacionados unos con otros en el grado en el que todos están directamente conectados con zazen, o la meditación sentada, la cual consideraba Dōgen que es idéntica al Zen, como se expresa claramente en la primera frase del manual de enseñanza de 1243 "Zazen-gi" "Principios de Zazen"): "Estudiar el Zen... es zazen".

Cuando hace referencia a zazen, Dōgen a menudo se refiere específicamente a shikantaza, traducible libremente como "nada más que sentarse" o "sólo sentarse", que es un tipo de meditación sentada en la cual el meditador se sienta "en un intenso estado de atención concentrada que está casi libre de pensamientos, no dirigida sobre objeto alguno, y unida a ningún contenido en concreto".

Su obra maestra, el Shōbōgenzō, es una de las cumbres de la literatura Zen.
Escrita a lo largo de más de veinte años, se compone en sus ediciones canónicas de 92 libros. Dōgen trató en ellos una gran variedad de temas, desde indicaciones prácticas para la organización de la vida monacal o la correcta práctica del zazen, a recuerdos de su viaje a China o reflexiones filosóficas, entre las cuales destaca su concepción del tiempo.

(Tomado de CanalBuda - https://www.youtube.com/watch?v=Ou3TwVfiJVE )

Federico Serra, diciembre, 4, 2015 para www.axioma21.com.ar .- Se podría decir que en este occidente del mundo estamos acostumbrados a ver las producciones orientales con un cierta mirada, que podríamos, quizás, llamarla de gran expectación ante algo que nos es  muy desconocido de aquellas culturas.

El cine japonés, solo ha cobrado notoriedad enel mundo merced a grandes maestros, principalmente el legendario Akira Kurosawa. 

Sin embargo, el film ZEN, la película, (2009) de Takahashi Banmei integra un tipo de relato que sin abandonar los tiempos propios de la cultura japonesa de relato nos hace concentrar, a lo largo de las dos horas en el progreso del relato mismo. Algo poco usual, diríamos, debido a que estamos acostumbrados a la lentitud de sus acciones.

Takahashi Banmei logra que la lentitud se transforme en ritmo fílmico que respeta tanto las acciones y tiempos de los personajes como el ritmo de la acción dramática. En films como ZEN, no significa que pasen muchas cosas, al estilo americano.

Ritmo dramático en este caso, son las transformaciones de las acciones por medio gestuales de cada personaje que, por menor que sea en el relato Takahashi Banmei lo integra en la misma importancia que el resto.

De este modo, una ex-prostituta que decide ser monja, un cocinero que se descubre como mucho más que un cocinero. Un regente que resulta una especie de ángel de la guardia y varios otros integran un verdadero óleo bellísimo de las praderas y montañas chinas y japonesas del medioevo.

Resaltan dos escenas: la primera cuando, la una prostituta acuda al monje con su hijo enfermo a buscar ayuda para curarlo, de modo desesperado. El monje le indica que solo hay una manera de curarlo, y le ordena que recorra todas las casas del pueblo hasta encontrar una familia donde nadie haya muerto y una vez que la encuentre, pida un alimento del tipo tubérculo.

La mujer regresa con ira, al monasterio, viendo al monje y tratándolo de mentiroso, pues no ha encontrado a ninguna familia donde nadie haya muerto. Un discípulo del templo le indica que eso es justamente lo que el maestro le ha tratado de enseñar, para que acepte la muerte inevitable de su pequeño, dado las condiciones de vida de la aldea. Una escena de un alto valor dramático.

La otra escena, que resalta, es cuando un gobernador en problemas quiere terminar con la  vida del monje y le anuncia su muerte. Este la espero con naturalidad.

Completa el film, el adecuado subtitulado que no pierde detalle a la hora de mostrar las enseñanzas principales de este culto. 





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